Epafrodito estimaba a Epicteto, su joven sirviente, sobre todo por su increíble inteligencia.
En cuanto se tropezó con él siendo sólo un niño de 4 años en su ciudad natal, Hierápolis, en Turquía, se dio cuenta de que era un superdotado y quiso tenerlo entre sus esclavos.
Epafrodito estimaba sinceramente a su sirviente – de hecho le pagaba una cara educación en una academia de filosofía -, pero tenía un legendario carácter irascible e impulsivo. De hecho el joven Epicteto como mano derecha, le servía de freno en la mayor parte de sus discusiones con proveedores y clientes, pero cuando su ira se descargaba sobre él no
había quien lo protegiera.
Sin embargo una mañana en que su amo estaba descargando toda su ira sobre él en público, para asombro de todos los que contemplaban la escena el joven sirviente no abrió la boca para quejarse ni expresar ningún dolor, simplemente miraba a su amo con aire de indiferencia, lo que enfureció aún más a su amo. Epicteto seguía sin inmutarse hasta que
finalmente abrió la boca para decir – cuidado señor, que si sigue así, va a romper su bastón.
Lo que Epicteto y esta fábula nos vienen a enseñar es que es posible controlar completamente nuestras emociones, nos enseña a tener fuerza emocional, lo cual no significa no sentir emociones negativas, sino a no “exagerarlas” a través de ese control mental. Pese a sentir dolor, pena o irritación, los individuos adquieren una confianza en sí mismos que les permite disfrutar de las maravillosas posibilidades que ofrece la vida.
Una de las frases que nos dejó el filósofo Epicteto fué “No nos afecta lo que nos sucede, sino lo que nos decimos sobre lo que nos sucede”
EL ORIGEN DE LAS EMOCIONES
Las personas solemos tener la impresión de que los hechos externos (lo que nos sucede) impacta sobre nuestras vidas, produciéndose emociones: rabia o satisfacción, alegría o tristeza, etc.. Tenemos la percepción de que hay una relación lineal entre hechos y emociones, pues bien, la psicología cognitiva nos dice que no es así. Entre los hechos externos y los efectos emocionales existe una instancia intermedia: los pensamientos.
Si yo me deprimo ante el abandono de mi esposa, no es por el hecho en sí, es por lo que yo me estoy diciendo a mí mismo, de hecho habrá personas que frente al abandono
¡Celebren una fiesta! Todo depende del diálogo interno de cada quien.
Es el diálogo interior el verdadero productor (a veces oculto) de las emociones. Nuestros pensamientos catastrofistas son los que causan nuestra infelicidad, las personas fuertes, huyen de ese diálogo interno negativo como la peste. A estos pensamientos les llamaremos creencias irracionales. Estas creencias aparte de ser falsas, son inútiles, ya que no nos ayudan a superar las adversidades. suele pasarnos que intentamos “matar moscas a cañonazos” y esto es que aplicamos soluciones exageradas a problemas pequeños.
Generalmente, la fuerza emocional, el buen diálogo interior se aprende en la infancia, sin embargo en cualquier momento, a cualquier edad, podemos cambiar nuestra modalidad de pensamiento negativo por su contraparte que es la gratitud.
La gratitud aumenta un efecto positivo entre nosotros, nos hace sentir una mayor satisfacción con la vida, inhibe los comportamientos de hostilidad, mejora el apoyo social y el bienestar de nuestra vida. Expresar gratitud nos cambia literalmente la estructura molecular de nuestro cerebro, nos hace más saludables y felices. Pero es un hábito que hay que cultivar diariamente hasta que se convierta en nuestro estado mental base.
Algunas ideas para ponerlo en práctica es llevar un diario de gratitud y escribir en él todas esas cosas por las que estamos agradecidos.
La vida te depara miles de posibilidades positivas si abres tu mente a ello.
Referencias El arte de no amargarse la vida -Rafael Santandreu
Te dejamos una lista de libros que pueden ayudarte a s er la mejor versión de ti mismo:
- Inteligencia Emocional – Danel Goleman
- Tiende tu cama – William H. McRaven
- Los 7 Habitos de las personas altamente efectivas – Stephen Covey
- El Poder de los Habitos – Charles Duhigg
- Los 4 Acuerdos – Don Miguel Ruiz
- El Caballero de la Armadura Oxidada – Robert Fisher
