A través de la historia han surgido varias dietas que prometen mantenernos sanos y delgados y la mayoría dicen basarse en estudios científicos o en ocasiones confiamos en el vecino que nos contó que a la amiga de la tía le funciono alguna dieta.
Acudimos a suplementos, inyecciones, acupuntura y cualquier cosa que nos prometa bajar de peso sin mayor esfuerzo y sin sacrificar mucho nuestros gustos alimenticios, pero nada parece funcionar por periodos largos. Nos emocionamos al principio y vemos resultados casi inmediatos pero al pasar de las semanas nos estancamos, ya no vemos más resultados y nos desanimamos o simplemente regresamos a nuestros viejos hábitos.
¿Cuál es tu motivación para bajar de peso?
Sabemos que comer verduras y frutas frescas, proteínas bajas en grasas saturadas y abstenernos de harinas procesadas, comida frita y azúcares, lo ideal es regresar a las bases de la alimentación pero ¿Por qué no lo hacemos?
Hay varios motivos y algunos tienen poco que ver con la comida y tienen orígenes más profundos. Si tu motivo es verte mejor en ese vestido que viste en el aparador, lucir un buen cuerpo para la playa o agradarle a cierta chica, el motivo podría no ser lo suficiente fuerte.
A veces ni la amenaza de posibles problemas médicos es suficientemente fuerte. Tiene que ver más con el valor de la salud en tu vida. Si tu salud y bienestar no es un valor primordial lo más seguro es que no lo trates como tal. Antes de iniciar cualquier dieta piensa bien en tus valores y convierte tu salud en uno de los primarios, así podrás tomar mejores decisiones. Si sientes que realmente llevas una vida sana y aun así no ves resultados, te sientes cansado y/o enfermo, es recomendable ver a tu profesional de la salud para asegurarte que una condición médica no sea la causa de tu falta de progreso y/o recibir guía de cómo manejarla.
Lo importante es construir buenos hábitos que hagan más difícil fallar y más fácil tener éxito.
- No vayas de compras cuando tengas hambre, comprarás de más.
- Evita la cantidad de comida procesada y golosinas que compras, si no las tienes en casa simplemente no las podrás comer.
- Compra alimentos nutritivos y frescos y tenlos a la mano, si las manzanas te quedan a la mano es más probable que las consumas.
- Compra un contenedor grande para agua y llévalo contigo, puedes agregar limón para darle sabor.
- Empieza con metas pequeñas, 5 minutos de ejercicio no parecerá mucho pero es mejor que nada de ejercicio. Casi todos podemos hacer 5 minutos de ejercicio y una vez acostumbrado podrás ir agregando más tiempo. Lo importante es ser constante para formar el hábito.
- Sé paciente contigo mismo, hay días buenos y días en los que se complica tomar las mejores decisiones sobre nuestra salud. Un día estresante nos puede llevar a comer una pizza, es difícil resistir la segunda rebanada de pastel en una celebración y a veces la falta de tiempo podría ocasionar que comamos cualquier cosa que quede de paso. Una falla de vez en cuando no tendrá significancia a la larga, lo importante es regresar a nuestros buenos hábitos al siguiente día. No sientas culpa.
- Toma nota de los momentos en los que te es difícil apegarte a tus hábitos sanos. Situaciones, emociones y personas podrían influir grandemente en tus decisiones.
- Y lo más importante es dejarde verlo como una dieta, debe ser un cambio de estilo de vida permanente. Si tu meta es solo una dieta a corto plazo, tus resultados serán solo a corto plazo.
“Recuerda que lo importante no es como te ves, si no, la calidad de tu vida y cómo te sientes”
